- Dime ¿Porqué estas sonriendo?
- Hoy me he dado cuenta de algo.
- ¿Y porque te hace tan feliz?
- Porque hoy he entendido que él respira, que en
alguna parte de este mundo él está respirando. El mismo aire que con sus
vaivenes quizás llegue a mi. Puede que llegue cada noche, cuando me entran
escalofrios si imagino esa cara tan perfecta…como pintada…como si se hubiera
escapado de algún museo. Este dolor en las entrañas no puede significar otra
cosa…es ese amor desmedido de los amores imposibles, el que no se cuenta a besos…el
que se sueña, se anhela y se vive de forma desgarradora. Sonrío, sí. Con esa
sonrisa melancolica de lo que se sabe lejos, pero de lo que se sabe cierto.
- ¿ Y qué es cierto?
- Que le amo. Con toda la
fuerza del mundo, como se ama a la idea de la revolución de los brazos en alto
y el puño cerrado. Irremediablemente, le amo.
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